Reflexiones para tí.

Ensancha tu corazón

No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con eljuicio con quejuzgáis, seréisjuzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Ypor qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano… Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas. Mateo 7:1-5.

¿Te has dado cuenta de que la mayor parte de los malentendidos, las ofensas y los distanciamientos entre las personas tienen que ver no tanto con lo que dicen o hacen sino con lo que otros interpretan y juzgan acerca de sus intenciones?

En el texto bíblico de hoy, Jesús hace alusión a la estrechez de corazón; a la mala voluntad, que juzga las intenciones y los motivos del corazón del prójimo, para descalificarlo y condenarlo.

Hay una diferencia entre el juicio moral que debemos hacer sobre las conductas humanas, sobre los actos de las personas, para diferenciar el bien del mal, y el juicio que hacemos de la persona misma. Pero tenemos que entender que las personas son más que su conducta. Es tan intrincada la mente humana, hay tantos factores condicionantes, casi determinantes de la conducta de los hombres, tantos complejos, traumas, dolores, angustias, frustraciones que habitan en el corazón de los que nos rodean, tantos errores de juicio, de formación moral y espiritual, que tenemos que tener, como Dios, una mirada comprensiva y misericordiosa de nuestro prójimo.

Pídele a Jesús que subyugue y enternezca tu corazón, que lo amplíe y ensanche, para que todos los hombres puedan caber en tu pecho, para amarlos, comprenderlos y ayudarlos como lo hizo y lo sigue haciendo él. Como te indica la “regla de oro”, trata de ubicarte en los zapatos de tu hermano, e imagina cómo te gustaría que te trataran si estuvieras en su lugar, sobre todo cuando yerras, cuando te equivocas, cuando tropiezas y caes, y soportas la vergüenza y la culpa de tus malos actos.

Tomado de: Lecturas devocionales para Jóvenes 2015
“El tesoro escondido” Por: Pablo Claverie






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